Inversión en bolsa: ¿por qué?
Previamente, definamos una inversión como el acto de emplear dinero en una empresa, proyecto o compra en por medio del cual se espera recuperarlo con una rentabilidad o beneficio. Bajo esta definición, habrá ocasiones en que un plazo fijo sea una inversión, pero generalmente no es más que “ahorro” o protección del capital (hay que tener en cuenta que la inflación se compe parte de los intereses, y Hacienda otra parte). También sería inversion el hecho de especular a que unos determinados activos (acciones, divisas, pisos o terrenos) suban de precio en nuestro favor.
En lo sucesivo, en estas páginas cuando nos refiramos a invertir nos referiremos a invertir a largo plazo. No invertiremos porque esperemos revalorizaciones a corto plazo importantes de las acciones que poseamos, sino porque esperemos que la empresa que seleccionemos sea capaz de generar una rentabilidad futura suficiente para terminar remunerando nuestro capital inicial (vía dividendos o vía apreciación). Sí que hay un tipo de apreciación “extra” de precio que en ocasiones esperaremos: la proveniente de las compras con un margen de seguridad elevado y en las que esperaremos que éste se reduzca vía aumento de precio.
Las razones más poderosas por las que un particular debe invertir en bolsa una fracción de su patrimonio son:
1.- Puede convertirse en propietario de diferentes empresas, de diversos estilos y sectores, con la condicion que sean empresas cotizadas. También hace posible participar en mercados internacionales que de otro modo son inaccesibles para el inversor.
2.- Como propietario que es, tendrá sus derechos económicos sobre toda la empresa, haga lo que haga ésta con su actividad y sus ingresos. También tendrá derechos políticos, pero los derechos de voto no pasan de ser una pequeña anécdota para el pequeño accionista. El ser propietario de la empresa implica que, decida ésta repartir sus beneficios o retenerlos, éstos redundan en favor del accionista.
3.- Es una inversión que, a precios actuales da rentabilidades razonables*. Erróneamente, tiende a pensarse que la rentabilidad de una acción depende sólo de la evolución de su cotización (precio al que cotizan su acciones), cuando la rentabilidad de la empresa para sus propietarios (que es como debemos vernos al invertir) depende de básicamente cómo vaya su negocio . Tampoco es correcto el pensar que su única rentabilidad esperada es la proveniente de los dividendos; hay una parte de rentabilidad importante que proviene de la reinversión de los beneficios, que antes o después debería repercutir en el precio.
4.- Las acciones son un activo protegido contra la inflación. Ésto puede parecer un poco fuera de contexto en este final de 2009, pero la inflación volverá y en este sentido, las empresas al actualizar sus precios de venta, terminan generando más beneficios. Otras inversiones (bonos a largo plazo, por ejemplo) seguirán rindiendo con independencia de las tasas de precios futuros.
5.- La fiscalidad de la inversión en acciones es relativamente aceptable para el pequeño inversor (y fantástica, rozando lo obsceno, para los que pueden invertir a través de SICAVs). El inversor paga, a partir del 2010, el 18% 19% hasta 6.000€ y el 21% de lo que supere esta cantidad de los dividendos cobrados y de las plusvalías. Si invertimos a largo plazo, gracias a la parte no repartida de los beneficios de las empresas, tendremos un efecto de interés compuesto que para nada es despreciable. Nota: los primeros 1.500€ de dividendos ingresados anualmente por inversor están exentos, lo que significa que NO pagaremos a Hacienda por esos primeros 1.500€ cobrados (sí pagaríamos si recibimos intereses de una cuenta corriente, por ejemplo).
6.- Las barreras de entrada, las cantidades mínimas para invertir, son bastante bajas. Aunque se puede comprar cualquier cantidad a partir de una acción, se recomienda que el capital mínimo sean 1.500-2.000€ por cada posición para que las comisiones de compra no mermen demasiado la rentabilidad.
7.- En caso de emergencia, la bolsa es un mercado líquido, las acciones pueden ser rápidamente vendidas. Esta ventaja es un arma de doble filo. Si se piensa que se va a vender si los precios van mal, posiblemente la decisión más sabia sea no comprar acciones. Recuerdese que estamos hablando de INVERSIÓN A LARGO PLAZO.
8.- En todo momento se sabe el precio de cotización de un conjunto de acciones (transparencia). Incluso, con unos meses de retraso se pueden consultar las cuentas de las empresas en cuestión. La inversión directa en empresas no cotizadas o en bienes inmobiliarios son mercados mucho más opacos, donde es más difícil tener una valoración.
9.- Tener una cartera de acciones es sencillo: no hay que buscar que te paguen los dividendos (todos conocemos a algún propietario de un piso cuyo inquilino no le ha pagado) ni preocuparse de tomar decisiones para la empresa. Los gastos de mantenimiento son reducidos (gratis en ING).
10.- Los empleados de las sucursales bancarias NO lo recomiendan, ofreciendo multitud de alternativas cuando se les pregunta. ¿Por qué será?. Pues evidentemente: porque ellos y sus bancos ganan mucho más dinero sus propios productos (específicamente, manteneos alejados de las preferentes colocadas por los bancos y de depósitos estructurados).
Sin pretenderlo, hemos realizado un decálogo (menos mal que sólo queríamos enumerar las razones “más poderosas”).
* Ejemplos (y para simplificar ahora sólo consideramos aquí la rentabilidad por dividendo, que es la parte del dinero ganado que la empresa “paga” a sus propietarios/accionistas): Iberdrola ha repartido durante los últimos 12 meses 0,33€ por acción, lo que nos lleva a una rentabilidad por dividendo a precios actuales (9,92€/acc a 26/02/2010) del 5,4%. Telefónica ha repartido 1€ por acción, por lo que su rentabilidad por dividendo a precios actuales (17,25€) es del 5,8% (y han prometido incrementarlo). Del mismo modo, tenemos otros grandes valores como BME a 19,34€ ( que ha dado un 10,3% pero esperamos que se estabilice en torno al 7%) ó ACS a 32,6€ (su rentabilidad por dividendo es aproximadamente 6,3%) .
¿Quién NO debe invertir en bolsa?
1.- Todo aquél que espere doblar su dinero en menos de 8 años. Aunque todos los años hay empresas que doblan o triplican su cotización, la aventura de buscarlas específicamente es tarea de alto riesgo (económico) y suele terminar con pérdidas.
2.- Quien vaya a necesitar el dinero en menos de 5 años. Las compras de empresas deberían plantearse “para no vender nunca”. Ésto no significa que nunca se venderá , sino que se debe comprar como si no se fuera a vender nunca. Una vez leí que sólo se deberían comprar aquéllas empresas que dieran la suficiente tranquilidad como para no mirar las cotizaciones en unos cuantos años.
3.- Quien tenga necesidad ver las cotizaciones diariamente. Esto es un signo de nerviosismo.
¿Qué NO es invertir en bolsa?
El trading: consiste en hacer compra-ventas rápidas (frecuentemente el horizonte de inversión es incluso menos de un día) de acciones para apostar al movimiento al alza o a la baja de los precios. Aunque siempre habrá alguien que haya ganado dinero, y mucho, aquí la banca siempre gana.
Disclaimer/Advertencia: en el momento de la escritura de este artículo, el autor posee, entre otras, acciones de Iberdrola, Telefónica y BME.
El tipo hasta 6.000 euros es el 19%.
Estoy de acuerdo en que la Bolsa es la mejor opción para el inversor medio prudente que quiere invertir a largo plazo, tanto por rentabilidad como por seguridad.
En efecto, Foro de Bolsa, hasta 6.000 euros se ha subido el tipo del 18 al 19% a partir del 1 de enero del 2010.
Algunas sociedades como BME, BBVA, IBE o REP adelantaron a finales de diciembre los pagos que tradicionalmente venían realizando durante los primeros días de enero, de modo que un 1% adicional de lo que saliera de su caja llegase efectivamente a manos de sus accionistas.
Otras empresas como el SAN no tuvieron esta “delicadeza”.
Actualización de rentabilidades por dividendo de las empresas comentadas en el post (15/8/2011).
Div Precio Rent
IBE 0,34 5,23 6,50%
ACS 2,05 27,45 7,47%
TEF 1,4 14,46 9,69%
BME 1,97 19,92 9,89%
P.S. El post se publicó el 20/2/2010. El Ibex35 cotizaba entonces a 10676 puntos, un 22% por encima del precio actual.